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Cuidado con las lesiones a pie de campo

Lesiones a pie de campo. 

En el mundo del deporte trasciende poco la acertada o  no preparación física del deportista, pero sí es de primera página, cuando un deportista se rompe, bien sea por un esguince o una lesión cápsula-ligamentosa o un traumatismo craneal.

Durante más de cuarenta años me he dedicado a la práctica deportiva en sus múltiples disciplinas: fútbol, natación, tenis, pádel, ciclismo, etc., y presenciado numerosas y variopintas lesiones, manteniendo siempre una especial atención a todos los compañeros que en algún momento sufrieron una lesión, pues estar atento al desarrollo de la práctica deportiva y la visualización del momento de la lesión nos dará idea de su gravedad.

Cada día en los entrenamientos, y sobre todo cada fin de semana en las competiciones oficiales, se producen multitud de lesiones. Es muy importante saber cómo actuar en el momento de producirse la lesión, puesto que si no somos profesionales de la medicina o no tenemos los conocimientos necesarios para actuar ante esas situaciones, no debemos actuar, sobre todo por no generar un mal mayor.

Pondré un ejemplo para comprenderlo mejor. Estamos acostumbrados a ver como ante un golpe violento en el abdomen (golpe con la mano, un balonazo, etc.), la persona que lo recibe tiene la impresión de que no puede respirar. Ante esta situación, se aconseja tranquilizar a la persona afectada, convenciéndole de que se le pasará pronto, e intentar relajarle abriendo y cerrando los brazos.

Pero a veces cometemos el error de hiperextender la espalda, colocándose otra persona debajo del lesionado realizando una maniobra de abrirle los brazos, que podría ser perjudicial para el deportista, si éste se hubiera producido una lesión costal asociada al golpe, ya que si se hubiera producido, por ejemplo, una fisura en una costilla, con esta maniobra podría fracturársela.

Una forma de obtener formación en este tema, es recomendaros el libro «Primeros Auxilios en el Deporte», de Alberto López Moreno, y que se puede adquirir en esta misma web.

Violencia de género. Un problema de todos

Estamos a punto de finalizar el año y seguimos sumando víctimas. Ayer mismo eran 48 mujeres y 6 niños asesinados por sus parejas o padres, y hoy es probable que sumemos más. ¿Cómo paramos esto? Tres claves: Intención, medios y formación.

La violencia de género se presenta como una de las manifestaciones más extremas de conflictos sin resolver.

Sin embargo, quiero hacer referencia a este tema porque creo que una de las necesidades básicas en la que todos estamos de acuerdo, es sin duda en que hace falta mucha formación en todas aquellas personas que están relacionadas directamente con la Violencia de Género. Quiero incluir aquí a médicos y personal sanitario, educadores, terapeutas, policías, abogados, mediadores, jueces, fiscales, … y todos los que puedan tener sentados enfrente, reclamando auxilio profesional, a uno o varios miembros de una familia afectada por este problema.

Necesitamos saber cómo diagnosticar, cómo abordar el tema y qué pasos son los más adecuados para no dejar desamparadas a las víctimas. Se trata de una realidad tan compleja y con tantas aristas, que a veces lo que nos dicta el sentido común puede no ser lo más adecuado.

Sin duda, una gran mayoría de nosotros sabemos que la educación que demos a nuestros hijos/as va a ser uno de los pilares fundamentales a la hora de erradicar este tema. Cuando hablo de educación, no solo me refiero a la que debemos proporcionar en casa, sino también a la que se reciba en los colegios y otros ámbitos educacionales donde los niños/as ocupen sus horas, como por ejemplo en las actividades deportivas.

Una forma de obtener formación en este tema, es recomendaros el libro «Violencia de Género. Manual Práctico para detectarla y afrontarla», de Luisa Velasco Riego, y que se puede adquirir en esta misma web.

La reforma de los alquileres

Recientemente ha entrado en vigor la última reforma que afecta al mercado de alquiler en España, la Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas.

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Deporte y turismo

No hay capital de provincia que no tenga su maratón o su media maratón, no hay pueblo por pequeño que sea que no organice su carrera popular. Lo de participar en estas convocatorias atléticas se ha convertido en una moda —a mi gusto, para bien— de hacer turismo deportivo a los lugares donde transcurren las carreras.

Los que nos dedicamos de forma habitual al atletismo popular nos damos cuenta de que hay dos maneras de correr estas competiciones: la del deportista que va a competir y la del que simplemente va a intentar acabar la prueba.

No es lo mismo correr los maratones de Nueva York, Londres, París, Madrid, etc., que el resto de carreras, pues para los organizadores de las primeras, es un negocio, si bien es verdad que las ciudades por donde se corren estas pruebas en ese fin de semana adquieren un notable aumento en el sector servicios, pero no nos engañemos, los corredores populares pagan por estas pruebas una media de 100 euros de inscripción, cantidad que se embolsa la organización y que en muchos casos no se ve compensada con lo que reciben materialmente los corredores.

Si se compensa con el disfrute de la visita que realizas a dichas ciudades, por ejemplo, si tú corres la maratón de Paris (50.000 participantes), en el transcurso de tres a cuatro horas vas a pasar por la mayoría de los puntos emblemáticos de la ciudad y dependiendo en la forma de correr les verás de una manera o de otra.

Otro ejemplo son las carreras de media maratón, por ejemplo, en el mes de marzo en la Comunidad de Castilla y León se disputan cuatro medias maratones populares: Salamanca, León, Zamora y Segovia. Cada año, la participación en estas competiciones va en aumento, de hecho la de Salamanca, alcanza ya los 1.800 participantes; la de León y Zamora, también van creciendo, y la de Segovia, que crece aún más por su cercanía con Madrid, llega a alcanzar los 4.000 participantes.

Luego están las carreras locales que se realizan en muchos pueblos de España, a la que acuden la mayoría de los corredores populares de la zona y que en la mayoría de los casos sirve para descubrir zonas de tu provincia que apenas conocías. Son pocas horas las que permaneces en el pueblo, pero la zona se hace protagonista para todos los visitantes.

La verdad, es que a los dos tipos de corredores nos gusta terminar en la mejor posición posible, y para ello ponemos todo nuestro entrenamiento y esfuerzo. La diferencia estriba en que el recorrido de la competición siempre pasa por los monumentos más emblemáticos de cada capital, y si a los primeros les preguntas ¿Has visto la Catedral, el Acueducto o el Alcázar?, normalmente te responden que ni se han fijado, porque su meta es ganar o bajar su marca personal, y sólo se preocupan de si va alguien por delante de ellos para poderlo pasar; en definitiva, no les importa por dónde van, sólo ganar y la recompensa económica.

Para otros, como es mi caso, es una delicia correr por los cascos históricos de la ciudades, Campos Elíseos, Torre Eiffel, Notre-Dame de Paris, Louvre, Grand Palais, y los puentes por el Sena, o correr por la Plaza Mayor de Salamanca, pasar por sus Catedrales, su Puente Romano y disfrutar de su vista, ir por León cerca de su Catedral, el Barrio Húmedo, San Isidoro, San Marcos, etc.

Cualquiera que lea esto se puede imaginar lo que es patear por Zamora, con un recorrido por su casco antiguo, y qué decir de Segovia, ya que la salida se hace desde el propio Acueducto, y desde La Lastrilla se desciende por el paraje de la Fuencisla, bordeando el río, la Casa de la Moneda, nuevo paso por el Acueducto, Plaza Mayor, Catedral, El Alcázar, para acabar en la Plaza del Azoguejo.

Para mí, ésta, sí que es una manera de correr y de disfrutar del patrimonio y la gastronomía. Por eso, cada carrera que hago me parece distinta, y en cada una descubro algo que nunca había visto. Lo importante es participar y sobre todo no lesionarse, para ello es importante que podáis leer el libro: “Manual de Primeros auxilios en el deporte”, muy interesante para evitar lesiones y como tratarlas en un primer momento.